La depresión en los niños se indica a través de ciertos síntomas como el estar deprimido, así como los cambios bruscos de humor, las rabietas por cualquier causa y el alto nivel de ansiedad. Los padres son las personas más adecuadas a la hora de detectar si su hijo/a puede estar sufriendo una depresión, sin embargo, será finalmente un psicólogo el que pueda ayudar para solucionar este problema. El tratamiento para la depresión infantil consiste en los siguientes pilares:
– Reconocimiento del estado emocional: Observación de antecedentes y capacidad de reconocimiento de las emociones, identificación de lo que se piensa en el periodo de activación emocional y cambio de las ideas más arraigas por otras más adaptadas.
– Aumento de actividades agradables: La anhedonia es un trastorno que provoca incapacidad para experimentar placer. Si ésta está muy marcada en el niño será más difícil decidir qué actividades llevar a cabo. Se le ayudará proporcionándole listas de actividades y recordándole qué cosas le gustaba hacer. Se le debe premiar el que decida hacer alguna actividad.
– Mejora de la autoestima: en niños menores de 6 años, este método estará basado en la intervención de los adultos, quienes incrementarán los juicios positivos y los elogios sobre el niño, siempre que éstos sean verosímiles. Se debe principalmente, identificar los aspectos positivos, identificar las deficiencias, cambiar las posibles distorsiones cognitivas y fomentar habilidades compensatorias.
– Mejora en las habilidades sociales: lo ideal sería que se enseñasen estas habilidades en grupo, mediante una explicación de cada conducta y la reproducción de la misma. Se le ayudará en el manejo de la comunicación no verbal, como es el contacto ocular, el saludo, la posición corporal, hacer elogios y recibirlos con naturalidad, hacer invitaciones, pedir favores etc.
– Fomentar la asertividad: se pretende que el pequeño pueda expresar todo aquello que tiene que ver con sus emociones, sobre todo con las que hacen referencia al entorno familiar. Debe aprender a decir lo que siente, a pedir explicaciones por lo que no entienda, a disculparse etc. Esta es una de las partes del tratamiento más importante, ya que un niño deprimido cree que está equivocado o que no tiene suficiente energía a la hora de defender sus preferencias e ideas.